México, D.F.- La Rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Esther Orozco, afirmó que la institución a su cargo no puede hacer frente a grupos entrenados para la violencia, ya que las armas universitarias para resolver problemas son el debate, el conocimiento, el respeto y la tolerancia, las ideas y el apego a la legalidad, y con base en ello invitó al ex Rector Manuel Pérez Rocha, quien se ha declarado al frente de la movilización parista, a señalar los cambios que dice se han realizado al modelo universitario y, además, instruya a sus seguidores para que devuelvan los planteles.
Una vez abiertos, dijo la Rectora Orozco en una carta pública, “me comprometo a promover y celebrar un debate universitario para analizar el modelo educativo a la luz de las ideas y los resultados obtenidos”, y dio la bienvenida a la Mesa de Diálogo que propone la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y otras instancias, pero solicitó, además, que en la salida a este problema se tome en cuenta que mucho de sus orígenes está en la debilidad de la estructura administrativa y en la carencia de normatividad suficiente.
En su mensaje consideró perversamente planificada esta falta de normatividad en la UACM, después de casi 12 años de haber sido creada, pues no tiene Estatutos de Personal Académico y Administrativo, ni Reglamento de Estudiantes; el Estatuto General Orgánico se aprobó apenas un mes antes del cambio de Rector, en 2010, y el Consejo Universitario es tomado por el grupo de actuales paristas cada vez que se va a aprobar un reglamento. Ante ello consideró los vacíos de la Ley de la UACM y las contradicciones del Estatuto General Orgánico, así como otras ausencias jurídicas, “cuidadosamente planeadas en la estructura de la Universidad y caldo de cultivo para estos hechos que avergüenzan a los universitarios”.
Ante todo ello, la Rectora reportó que el Consejo Universitario (CU), máxima autoridad de la UACM, ha pedido apoyo al Gobierno del Distrito Federal para enfrentar estos eventos que ponen en riesgo la integridad física de la comunidad, y aunque se pronunció por que sean los universitarios quienes resuelvan sus propios problemas y den muestra de madurez para ejercer la autonomía universitaria, declaró comprender la responsabilidad del máximo órgano de gobierno de la UACM.
Añadió que igual que la mayoría de los ciudadanos, la UACM sólo tiene la denuncia pública como arma para enfrentar la violencia organizada, y su Rectora no tiene más remedio que utilizarla para cumplir con la misión que le ha sido encomendada, que es hacer de la institución una mejor universidad, como ha sido demostrado al lograr que se hayan recibido, en 24 meses, 400 alumnos contra los 43 que se recibieron en el rectorado anterior en casi 10 años, lo cual, sostuvo, no significa ningún cambio al modelo educativo.
La violencia contra la UACM, expresó la Rectora Orozco en un recuento de hechos, ha escalado niveles alarmantes por parte del grupo que ha tomado los cinco planteles en los que cursan su carrera universitaria 14,800 estudiantes. Su violencia ha sido exhibida a nivel nacional e internacional y vulnera los valores de una sociedad mexicana que ha pugnado por la democracia y la legalidad.
Explicó que hace dos años, este grupo inició sus ataques por medio de tomas del CU, violencia verbal, acusaciones falsas y ofensas públicas contra la Rectora y algunos de sus colaboradores y colaboradoras, luego continuó con ataques electrónicos y amenazas de muerte telefónicas a quienes manifestaron que no coincidían con sus posturas, y posteriormente tomó el plantel Del Valle mediante manifestantes ajenos a la UACM, aún en contra de la opinión de estudiantes, profesores y trabajadores del plantel, aduciendo como pretexto un supuesto fraude en la elección de consejeros universitarios, cuyo análisis por una comisión de expertos externos resultó en la restitución de dos de los 60 consejeros que lo conforman.
Al paso de los días, continuó la Rectora Orozco en su recuento, tomaron el resto de los planteles valiéndose de contingentes organizados, los cuales incluyen mayoritariamente, personas ajenas a la UACM, y durante estos hechos, estudiantes y profesores fueron golpeados, vejados y sacados de los planteles; la infraestructura y muchos experimentos fueron dañados; los muebles, usados como barricadas, y los planteles, como sitios de reunión para profesores paristas y personas externas que apoyan el paro.
Posteriormente, el jueves 8 de noviembre, a las 19:00 horas, alrededor de 100 individuos encapuchados, armados y con los ojos enrojecidos, llegaron al edificio de Eugenia y División del Norte, donde se alberga la administración de la UACM, están los archivos con datos personales de profesores, trabajadores y estudiantes, los contratos con proveedores y convenios con otras instituciones, además de papel de seguridad para los títulos, y los archivos para expedir el pago de la nómina, entre otros, y rompieron a tubazos la puerta de cristal de la entrada, avanzaron piso por piso sacando a golpes y a injurias a quienes estaban trabajando, y cuando llegaron a la Tesorería, la tesorera les pidió que le permitieran transferir la nómina al banco para realizar el pago electrónico a 1810 trabajadores, pero la insultaron, la amenazaron y la obligaron a dejar sin salario a las familias.
Narró la Rectora Orozco que en el sexto piso se encontraba ella con la titular de dicha área, Minerva Camacho, y cinco profesores más, trabajando sobre las estrategias para recuperar parte del tiempo perdido para los estudiantes, los paristas tiraron la puerta de madera a tubazos, entraron dirigidos por su líder Carlos Villanueva, estudiante de la UACM, quien iba sin capucha, por lo que los profesores presentes hicieron un círculo alrededor suyo y de la doctora Camacho, para protegerlas, y de inmediato los obligaron a bajar por las escaleras entre insultos, apaleos y jaloneos a los maestros. Al salir a la calle los encapuchados arrojaban objetos y porquerías desde el edificio.
Para ella, dos cosas fueron evidentes: se trató de un grupo entrenado para acciones de este tipo y la mayor parte de ellos era gente ajena a la UACM.
Ante todo esto, la Rectora preguntó en esa carta abierta a la ciudadanía: ¿Merecen quienes están detrás de estas acciones tener la dirección de la UACM, como pretenden, desde la Rectoría y el CU? “Por mi parte estoy convencida de que la UACM no puede ser entregada a un grupo tan violento y poco académico”.
Una vez abiertos, dijo la Rectora Orozco en una carta pública, “me comprometo a promover y celebrar un debate universitario para analizar el modelo educativo a la luz de las ideas y los resultados obtenidos”, y dio la bienvenida a la Mesa de Diálogo que propone la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y otras instancias, pero solicitó, además, que en la salida a este problema se tome en cuenta que mucho de sus orígenes está en la debilidad de la estructura administrativa y en la carencia de normatividad suficiente.
En su mensaje consideró perversamente planificada esta falta de normatividad en la UACM, después de casi 12 años de haber sido creada, pues no tiene Estatutos de Personal Académico y Administrativo, ni Reglamento de Estudiantes; el Estatuto General Orgánico se aprobó apenas un mes antes del cambio de Rector, en 2010, y el Consejo Universitario es tomado por el grupo de actuales paristas cada vez que se va a aprobar un reglamento. Ante ello consideró los vacíos de la Ley de la UACM y las contradicciones del Estatuto General Orgánico, así como otras ausencias jurídicas, “cuidadosamente planeadas en la estructura de la Universidad y caldo de cultivo para estos hechos que avergüenzan a los universitarios”.
Ante todo ello, la Rectora reportó que el Consejo Universitario (CU), máxima autoridad de la UACM, ha pedido apoyo al Gobierno del Distrito Federal para enfrentar estos eventos que ponen en riesgo la integridad física de la comunidad, y aunque se pronunció por que sean los universitarios quienes resuelvan sus propios problemas y den muestra de madurez para ejercer la autonomía universitaria, declaró comprender la responsabilidad del máximo órgano de gobierno de la UACM.
Añadió que igual que la mayoría de los ciudadanos, la UACM sólo tiene la denuncia pública como arma para enfrentar la violencia organizada, y su Rectora no tiene más remedio que utilizarla para cumplir con la misión que le ha sido encomendada, que es hacer de la institución una mejor universidad, como ha sido demostrado al lograr que se hayan recibido, en 24 meses, 400 alumnos contra los 43 que se recibieron en el rectorado anterior en casi 10 años, lo cual, sostuvo, no significa ningún cambio al modelo educativo.
La violencia contra la UACM, expresó la Rectora Orozco en un recuento de hechos, ha escalado niveles alarmantes por parte del grupo que ha tomado los cinco planteles en los que cursan su carrera universitaria 14,800 estudiantes. Su violencia ha sido exhibida a nivel nacional e internacional y vulnera los valores de una sociedad mexicana que ha pugnado por la democracia y la legalidad.
Explicó que hace dos años, este grupo inició sus ataques por medio de tomas del CU, violencia verbal, acusaciones falsas y ofensas públicas contra la Rectora y algunos de sus colaboradores y colaboradoras, luego continuó con ataques electrónicos y amenazas de muerte telefónicas a quienes manifestaron que no coincidían con sus posturas, y posteriormente tomó el plantel Del Valle mediante manifestantes ajenos a la UACM, aún en contra de la opinión de estudiantes, profesores y trabajadores del plantel, aduciendo como pretexto un supuesto fraude en la elección de consejeros universitarios, cuyo análisis por una comisión de expertos externos resultó en la restitución de dos de los 60 consejeros que lo conforman.
Al paso de los días, continuó la Rectora Orozco en su recuento, tomaron el resto de los planteles valiéndose de contingentes organizados, los cuales incluyen mayoritariamente, personas ajenas a la UACM, y durante estos hechos, estudiantes y profesores fueron golpeados, vejados y sacados de los planteles; la infraestructura y muchos experimentos fueron dañados; los muebles, usados como barricadas, y los planteles, como sitios de reunión para profesores paristas y personas externas que apoyan el paro.
Posteriormente, el jueves 8 de noviembre, a las 19:00 horas, alrededor de 100 individuos encapuchados, armados y con los ojos enrojecidos, llegaron al edificio de Eugenia y División del Norte, donde se alberga la administración de la UACM, están los archivos con datos personales de profesores, trabajadores y estudiantes, los contratos con proveedores y convenios con otras instituciones, además de papel de seguridad para los títulos, y los archivos para expedir el pago de la nómina, entre otros, y rompieron a tubazos la puerta de cristal de la entrada, avanzaron piso por piso sacando a golpes y a injurias a quienes estaban trabajando, y cuando llegaron a la Tesorería, la tesorera les pidió que le permitieran transferir la nómina al banco para realizar el pago electrónico a 1810 trabajadores, pero la insultaron, la amenazaron y la obligaron a dejar sin salario a las familias.
Narró la Rectora Orozco que en el sexto piso se encontraba ella con la titular de dicha área, Minerva Camacho, y cinco profesores más, trabajando sobre las estrategias para recuperar parte del tiempo perdido para los estudiantes, los paristas tiraron la puerta de madera a tubazos, entraron dirigidos por su líder Carlos Villanueva, estudiante de la UACM, quien iba sin capucha, por lo que los profesores presentes hicieron un círculo alrededor suyo y de la doctora Camacho, para protegerlas, y de inmediato los obligaron a bajar por las escaleras entre insultos, apaleos y jaloneos a los maestros. Al salir a la calle los encapuchados arrojaban objetos y porquerías desde el edificio.
Para ella, dos cosas fueron evidentes: se trató de un grupo entrenado para acciones de este tipo y la mayor parte de ellos era gente ajena a la UACM.
Ante todo esto, la Rectora preguntó en esa carta abierta a la ciudadanía: ¿Merecen quienes están detrás de estas acciones tener la dirección de la UACM, como pretenden, desde la Rectoría y el CU? “Por mi parte estoy convencida de que la UACM no puede ser entregada a un grupo tan violento y poco académico”.
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