México, D:F.- Con al menos 60 lugares en juego, este viernes se elige el Consejo Universitario (CU), máximo órgano de gobierno de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), compuesto por estudiantes y docentes con derecho a voz y voto; la participación de la Rectora, los coordinadores de planteles y de colegio, así como dos representantes del personal administrativo.
El contexto de esta elección ocurre entre una maniobra de desgaste contra la rectora Esther Orozco Orozco,por parte de la dirigencia sindical de la UACM, que ha intentado casi todos los frentes, tanto el laboral, mediático, académico y hasta en el terreno de la falsedad, sin que hasta ahora hayan tenido éxito.
Por el contario, la científica ha obtenido respaldo de sectores políticos y académicos por sus resultados, ya que en dos años de gestión ha logrado cuadruplicar al número de titulados y aumentar las opciones académicas para sus alumnos, lo cual mereció que en la recientemente concluida campaña electoral, una de las contendientes la señalara como una destacada académica, rectora y científica, susceptible de ser invitada a su eventual gabinete.
La elección de los miembros del CU de la UACME es de gran relevancia, porque entre las tareas prioritarias de este órgano de gobierno se encuentran la modificación del actual Estatuto Orgánico, norma que rige la estructura académica y administrativa de la institución.
Algunos aspirantes a la conformación de este Consejo forman parte del grupo político adverso a la Rectoría, los cuales han llevado a cabo diversas maniobras con la intención de destituirla.
El arribo de la actual rectora de la UACM, en el Consejo Universitario realizado el 21 de abril de 2010, cuando su candidatura obtuvo 33 votos contra ocho para el candidato del grupo político afín al SUTUACM, Vicente Hugo Aboites, marcó el inicio de una difícil relación.
La estrategia de presión contra Esther Orozco se llevó a cabo en varios frentes: por un lado el sindicato, con el apoyo de su asesor legal, Arturo Alcalde Justiniani, allegado a Vicente Hugo Aboites, promovió una demanda penal contra la Rectoría por desvío de recursos, que resultó improcedente, ya que las autoridades judiciales determinan que el fondo del caso era un asunto gremial y no penal; posteriormente acudieron a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), que se declara incompetente y entonces promueven una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, sin que la rectoría ejerza su derecho a defenderse.
Posteriormente se emplazó a una nueva huelga por incremento salarial al 1 de marzo de 2011, por lo que en febrero la administración les propuso el 2.76% de aumento.
Dentro de esta confrontación sindical, la Rectoría publica un desplegado en el que hace un diagnóstico de la institución, donde señala que entre los magros logros obtenidos ese año posiblemente se titularían 353 estudiantes, los cuales, sumados a los 47 que se titularon en los nueve años anteriores darían 400, cifra bajísima para una ciudad urgida de espacios universitarios para un cuarto de millón de jóvenes cada año.
La publicación de este análisis recrudeció la confrontación entre el grupo político afín al sindicato y la rectoría, el grupo opositor utilizó este elemento para generar una campaña que sumada a la emprendida por el sindicato tiempo atrás, tenía el interés de profundizar en el desgaste de la administración y se acrecentó una andanada mediática, alentada por varios sindicalistas, que infló el conflicto sindical y lo vinculó con problemas de otra índole, casi todos iniciados por ellos mismos.
Este es el contexto el cual se llevan a cabo los antecedentes de la próxima elección del Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de la UACM, al cual aspiran algunos de los miembros de la dirigencia del SUTUACM
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