* A mano alzada entre pinturas y acuarelas
Ciudad de México.- María Guadalupe Ugalde García, oriunda del Barrio de Xaltocan Xochimilco, fue educadora por más de 35 años, actualmente es una mujer jubilada de 66 años a quien el arte y la pintura le recorren por las venas. Un talento innato que destaca por plasmarlo en las tradicionales y coloridas “PORTADAS DE XOCHIMILCO”.
Estas estructuras de más de 5 metros de alto, decoradas de flores e imágenes alusivas a la cementera de flores entre otras. “Son símbolo de la Cultura Xochimilca que viene desde nuestros antepasados, quienes colocaban flores en las puertas para recibir a los santos o dar la bienvenida a la gente en las fiestas del pueblo”, comenta.
Lupita Ugalde nos cuenta, que gracias a las oportunidades que su trabajo le dio en poder realizar grandes escenografías, pinturas y murales para eventos de la escuela, el día de hoy puede plasmar ese arte en las bellas portadas que caracterizan a Xochimilco, desde su comienzo buscó rescatar las raíces de su tierra y la cultura prehispánica, con elementos que muestren al mundo las riquezas que tiene esta tierra.
Su elaboración va cargada de tiempo, creatividad y dedicación, su diseño es único y especial varía de acuerdo a la ocasión y al lugar de origen donde se colocará y “entre pinturas, acuarelas, tintes y lápices, inicia la magia de su elaboración”, añade.
Actualmente la señora Lupita, con motivo de la festividad del 2 de febrero, “Día de la Candelaria”, realizó con ayuda de su familia, la portada del “Niñopa”, cuya imagen es la más venerada en Xochimilco, que representa al niño Jesús, un sueño que desde hace tiempo tenía en mente y por fin lo ve concretado.
En la primera estampa se encuentra un ramillete de flores, que representa los mercados de plantas y flores de la demarcación, en la parte superior se halla una guitarra en conjunto con una marimba, que describe la música típica y alegre que regocija, a su alrededor están plasmadas siluetas de personas que simbolizan a la familia.
En la segunda estampa destaca un remero pescando, quien evoca a los tiempos de pesca en los canales.
La tercera estampa tiene como centro a una mujer, esa mujer valiosa y trabajadora que se caracterizaba entre los Xochimilcas por llevar en la cabeza un chiquihuite o una canasta, a su alrededor se observan piezas de maíz, que simbolizan la vida. También se encuentra la imagen del Niñopa, símbolo de bendición y protección. Además, a las orillas se encuentran dos flores que son representativas de las iglesias en Xochimilco.
En la cuarta estampa destaca un agricultor, quien durante años es y continúa siendo pieza fundamental para trabajar las tierras y mantenerlas vivas.
Por último, en la quinta estampa se encuentra otro ramillete de flores y en la parte superior al Dios Ometeotl, “El Dios de la dualidad”, símbolo importante para los mexicas.
Un trabajo poco conocido y valorado, que la señora Lupita mantiene vivo con dedicación y esfuerzo.
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